Evaluación Anual del Desempeño Laboral

La Evaluación Anual de Desempeño de Docentes y Directivos Docentes es un proceso permanente que permite verificar el quehacer profesional de los educadores, identificando fortalezas y aspectos de mejoramiento, mediante la valoración de sus competencias funcionales y comportamentales.

El proceso de Evaluación Anual de Desempeño Laboral de Docentes y Directivos Docentes tiene por objeto verificar los niveles de idoneidad y eficiencia de los educadores en el desempeño de sus funciones, como factor fundamental del mejoramiento de la calidad de la educación.

El proceso de Evaluación Anual de Desempeño Laboral de Docentes y Directivos Docentes se rigen por El Decreto Ley 1278 de 2002.

¿A QUIÉNES SE EVALÚA?

Son objeto de evaluación de desempeño laboral los docentes y directivos docentes que ingresaron al servicio educativo estatal según lo establecido en el Decreto Ley 1278 de 2002, superaron la evaluación de periodo de prueba, han sido nombrados en propiedad y llevan mínimo tres (3) meses, continuos o discontinuos, laborando en un establecimiento educativo. Los docentes a que hace referencia este apartado pueden estar trabajando en cualquier nivel de educación: preescolar, básica primaria, básica secundaria o media. A su vez, los directivos docentes son de tres tipos: rectores, directores rurales y coordinadores.

¿QUÉ SE EVALÚA?

La evaluación anual de desempeño laboral de docentes y directivos docentes se ha diseñado desde un enfoque de competencias acorde con las tendencias actuales. Por ejemplo, la Recomendación 195 de 2004 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para el desarrollo de recursos humanos se plantea con base en el concepto de competencia. En esta nueva aproximación, La evaluación implica una mirada más integral de las personas que vincula sus características personales con su desempeño laboral y con los resultados en su trabajo, promoviendo el reconocimiento de los logros y aportes individuales.

Una competencia se puede definir como una característica intrínseca de un individuo (por lo tanto no es directamente observable) que se manifiesta en su desempeño particular en contextos determinados. En otras palabras, una persona demuestra que es competente a través de su desempeño, cuando es capaz de resolver con éxito diferentes situaciones de forma flexible y creativa. Desde este punto de vista, es posible afirmar que el desempeño laboral de una persona (nivel de logro y resultados alcanzados en determinado tipo de actividades) es una función de sus competencias.

Por otro lado, una competencia involucra la interacción de disposiciones (valores, actitudes, motivaciones, intereses, rasgos de personalidad, etc.), conocimientos y habilidades, interiorizados en cada persona. Estos componentes de la competencia interactúan entre sí y
se ponen en juego frente a los retos cotidianos que enfrenta una persona, determinando la calidad global de su labor en un escenario específico. Es importante señalar además que una competencia no es estática; por el contrario, esta se construye, asimila y desarrolla con el aprendizaje y la práctica, llevando a que una persona logre niveles de desempeño cada vez más altos.

El desempeño laboral de un docente o directivo docente depende entonces de un conjunto de competencias que se manifiestan en resultados y actuaciones intencionales observables y cuantificables, relacionados con sus responsabilidades profesionales, que a su vez se derivan del propósito de su cargo dentro de la institución y aportan al cumplimiento de los objetivos misionales y organizacionales (definidos por la institución en su Proyecto Educativo Institucional – PEI).

Es decir, el desempeño de un docente o de un directivo docente en el cargo que tiene dentro de la institución en la que labora influye directamente sobre los logros de aprendizaje de los estudiantes y, en general, sobre los resultados de la organización escolar. En este sentido, se podría decir que en la evaluación de desempeño se está ponderando el grado de cumplimiento de las funciones y responsabilidades del docente o directivo docente evaluado, así como el logro de resultados a través de su gestión.

Para la evaluación de desempeño se definieron diferentes competencias, para cada una de
las cuales se identificó un conjunto de actuaciones intencionales relacionadas con un
desempeño de calidad y con resultados, que permiten observar y valorar el desempeño de
Docentes y Directivos Docentes del Estatuto de Profesionalización Docente Decreto Ley 1278 de 2002
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los docentes y directivos docentes sobre la base de criterios comunes. Para fines de
evaluación, estas competencias se clasifican como funcionales y comportamentales.
Las competencias funcionales corresponden al desempeño de las responsabilidades
específicas del cargo de docente o directivo docente, definidas en la ley y los reglamentos,
por lo cual se les asigna un peso del 70% sobre el total de la evaluación. Estas competencias
se expresan en las actuaciones intencionales de docentes y directivos docentes en diferentes
áreas de la gestión institucional, que en este caso corresponden a las definidas en el
instrumento de autoevaluación institucional propuesto por el Ministerio de Educación
Nacional, que fundamentan el diseño de planes de mejoramiento: directiva, académica,
administrativa y comunitaria. Para la evaluación, este 70% se podrá distribuir entre las
áreas de gestión, de acuerdo con las prioridades de desarrollo personal y profesional del
docente o directivo docente evaluado.
En la organización escolar los docentes tienen que desarrollar procesos de enseñanza
– aprendizaje para que los estudiantes adquieran y desarrollen competencias, por lo que
tienen a su cargo funciones de planeación, ejecución y evaluación de diferentes actividades
curriculares que respondan a las particularidades del proyecto educativo de la institución, así
como a las necesidades y al contexto de los estudiantes. La práctica docente implica además
que el educador esté en capacidad de articular los procesos pedagógicos que lidera con el
entorno en el que se encuentra la institución, y que actúe de acuerdo con las dinámicas
administrativas de la institución en la que labora, aprovechando adecuadamente los
diferentes recursos que tiene a su disposición.
Por su parte, los directivos docentes tienen la responsabilidad del funcionamiento de la
organización escolar. Para ello, realizan actividades de dirección, planeación, coordinación,
administración, orientación y programación en las instituciones educativas. Corresponde
además a los directivos docentes la función de orientar a la comunidad educativa (docentes,
estudiantes, padres de familia y personal administrativo) hacia el logro de las metas
colectivas, lo que incluye, entre otras cosas, que el directivo docente conozca y oriente el
enfoque pedagógico de la institución. En suma, el directivo docente debe lograr que la
institución educativa responda a los desafíos que enfrenta, comprometiendo a los distintos
miembros de la comunidad escolar con la formulación y el desarrollo de un proyecto educativo
institucional acorde con el contexto. Igualmente los directivos docentes deben asegurar que la
institución educativa interactúe con el entorno, estableciendo relaciones de colaboración
recíproca.

Cada una de estas competencias funcionales, ocho (8) para docentes y ocho (8) para
directivos docentes, se define por un conjunto de actuaciones intencionales (véase ANEXO
1. GLOSARIO DE COMPETENCIAS) que constituyen referentes para establecer los resultados o
contribuciones individuales del docente o directivo docente evaluado. Una contribución
individual se puede definir como un resultado concreto y explícito, observable y medible, con
el que se compromete el docente o directivo docente evaluado durante el año objeto de
evaluación, como aporte al cumplimiento de las metas institucionales. Se requiere que
evaluador y evaluado acuerden, en el contexto específico de la institución educativa y de la
entidad territorial, cuáles serán las contribuciones específicas del evaluado al logro de las
metas colectivas. Más adelante, en la sección dedicada a la metodología de evaluación, se
explica cómo formular contribuciones individuales.
A su vez, las competencias comportamentales se refieren a las actitudes, los valores, los
intereses, las motivaciones y las características de personalidad con que los educadores
cumplen sus funciones. Son transversales a las diferentes áreas de gestión, y se requieren
para lograr un desempeño idóneo y de excelencia en el cargo. Representan el 30% del total
de la evaluación y son comunes a docentes y directivos docentes. En la Tabla 2 se presentan
las siete (7) competencias comportamentales establecidas para la evaluación anual de
desempeño laboral de docentes y directivos docentes.
TABLA 1. COMPETENCIAS FUNCIONALES DE LOS DOCENTES Y DIRECTIVOS DOCENTES
SEGÚN EL ÁREA DE GESTIÓN
Directiva
Planeación y organización directiva
Ejecución
Académica
Dominio curricular
Planeación y organización académica
Pedagógica y didáctica
Evaluación del aprendizaje
Pedagógica y didáctica
Innovación y direccionamiento académico
Administrativa Uso de recursos
Seguimiento de procesos
Administración de recursos
Gestión del talento humano
Comunitaria Comunicación institucional
Interacción con la comunidad y el entorno
Comunicación institucional
Interacción con la comunidad y el entorno
Área de Gestión Competencias Docentes Competencias Directivos docentes

¿QUIÉNES EVALÚAN?

Además de los docentes y directivos docentes objeto de evaluación, son protagonistas de
este proceso los evaluadores, de quienes depende en buena medida que la evaluación se
desarrolle en condiciones óptimas, que se alcancen los objetivos del proceso y que se
cumplan las metas de mejoramiento, derivadas de los planes de desarrollo personal y
profesional acordados con los evaluados.
Para el caso de los docentes y los coordinadores, los evaluadores serán el rector o el director
rural del establecimiento. A su vez, los rectores y los directores rurales serán evaluados por su
superior jerárquico en la estructura de la secretaría de educación, o por el servidor público que
sea designado por el nominador de la entidad territorial certificada correspondiente
(Gobernador o Alcalde) mediante acto administrativo.
Los evaluadores, como responsables directos del proceso, deben generar un ambiente
adecuado para la evaluación, determinado por las buenas relaciones y la colaboración
recíproca, el seguimiento permanente, la valoración objetiva del desempeño y el énfasis en el
mejoramiento de la calidad del servicio educativo.

¿CUÁNDO SE EVALÚA?

La evaluación de desempeño es un proceso permanente, por lo que se debe llevar a cabo durante
la totalidad del año escolar, el cual abarca cuarenta (40) semanas de trabajo académico y cinco (5)
de desarrollo institucional. Para llevar a cabo este proceso se han establecido dos (2)
valoraciones, la primera de la cuales se efectuará en la mitad del año escolar, con base en
evidencias obtenidas hasta ese momento, mientras que la segunda se realizará al final del año
escolar, a partir de nuevas evidencias recopiladas desde la primera valoración. El resultado final
se obtendrá con base en los resultados de cada una de estas valoraciones. Este proceso se
ajustará en cada entidad territorial, de acuerdo con el calendario académico y el cronograma que
establezca la secretaría de educación respectiva, conforme con las facultades que le otorga el
decreto 3782 de 2007.

Protocolo de Evaluación Anual del Desempeño Laboral para de Docente, Directivos Docentes Orientadores regidos por el Decreto Ley 1278 de 2002.

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